As seen in Mortal Kombat X
martes, 23 de junio de 2015
miércoles, 17 de junio de 2015
Granfalloon
Un hombre recibe un disparo en la cabeza que
aparentemente acaba con su vida; sin embargo, al poco tiempo despierta en un
callejón, desnudo, las partes de su cuerpo dañadas por el disparo y por el
posterior abandono en mitad de la calle sustituidas por tejido mecánico con las
mismas funciones que su cuerpo biológico pero también con las ventajas físicas
que ofrecen las máquinas. Los implantes, sin embargo, resultan ser causa de un
parásito mecánico que se introduce en el organismo mediante heridas abiertas o
mediante implante deliberado, y que lentamente se expanden por el cuerpo del
afectado, sustituyendo los tejidos orgánicos por tejido mecánico hasta
convertir al infectado en un androide, una máquina completa, sin un atisbo de
humanidad y que ya no siente una conexión con sus antiguos congéneres. En su
lugar, una vez que el protagonista se ha convertido en una máquina completa,
siente una llamada que le conduce a un enorme constructo, una esfera compuesta
por todos aquellos que, antes que él, han sido transformados en androides,
flotando a algunos kilómetros sobre la tierra, y en la que los androides
constituyen una conciencia colectiva, poniendo en común sus experiencias y
colaborando entre sí para desarrollar nuevas ideas y nuevo conocimiento, esencialmente
funcionando como programas informáticos, sin los sentimientos y las emociones
asociados con el ser humano.
Este es el futuro que presento con mi obra: un
futuro en el que, mediante nuestro constante abuso de la tecnología, llegará un
momento hipotético en el que reneguemos de nuestra humanidad y permitiremos que
las máquinas se apoderen de nuestro cuerpo, convirtiéndonos en seres
informáticos, androides que funcionarán literalmente como una conciencia
colectiva, y cuya inteligencia dependerá de la cooperación, incluso si eso
significa literalmente formar una esfera con nuestros cuerpos individuales,
como si de un termitero se tratase. El avance tecnológico siempre es algo positivo
para la humanidad, pero cuando ese avance termina por tomar posesión de nuestra
misma esencia, tal vez deberíamos plantearnos hasta qué punto tal futuro resulta
beneficioso para nuestra especie.
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